Frente a la posibilidad de un «Brexit» (Br-británico; exit-salida) los británicos, los menos europeos de todos los miembros de la UE, están poniendo en marcha algunas iniciativas necesarias y constructivas para discutir el futuro de Europa.
Es necesario, debido a la gravedad de la actual crisis económica y migratoria, acrecentada por las amenazas del terrorismo y el posible efecto en cadena de una salida británica. Las encuestas recientes muestran que los votantes británicos están más ahora a favor de salir de la UE, lo cual se confirmará posiblemente antes del verano por medio de la ratificación por referéndum.
Hace más de sesenta años, Schuman advirtió que los británicos siempre tendrían una actitud ambivalente con el proyecto europeo a causa de su relación especial con la Commonwealth británica y los Estados Unidos. Un voto «no» a favor, de parte de los británicos, enviaría una sacudida sísmica a través de Bruselas y otras capitales europeas, perturbando el sueño de la unidad europea. Algunos temen que sea el principio del fin para lo que ha sido el proyecto político internacional más desafiante e innovador en la historia moderna. Gran Bretaña es la mayor economía de la UE junto con Alemania. Su salida sería un duro golpe en términos de poder económico y prestigio diplomático mundial.
La presidencia holandesa de la UE en esta primera mitad del año tendrá que hacer frente a estos problemas. Jamás en los últimos 25 años, el proyecto europeo había sido tanto el foco de discusión del debate público. Hasta ahora, el tema de Europa no ha interesado a los editores ni a los lectores, especialmente en Gran Bretaña.
Alma
Pero ahora algo saludable en torno al futuro del proyecto europeo está removiendo la Gran Bretaña. Y que realmente debería ocurrir en todos los países miembros. El miércoles pasado, por ejemplo, el movimiento Theos Think Tank organizó un debate en Londres enfatizando el gran valor que tiene la preservación de Europa. El panel comprendía desde los “euroescépticos” hasta los “euroamantes”. (Con poco tiempo de anticipación fui invitado a participar, lo que era un reto irresistible para mí dado que estaba celebrando ese mismo día el cumpleaños número 93 de mi madre en Nueva Zelanda).
Ben Ryan, investigador de Theos, contribuyó al debate mediante la presentación de un informe muy constructivo denominado Un alma para la Unión. Aquí les recomiendo un documento para cualquier persona interesada en el futuro de Europa ahora que el tema empieza a calentarse en los próximos meses. Ryan intenta replantear el debate actual de la obsesión con el mercado del «fundamentalismo», recordando a sus lectores de la visión de los padres fundadores del proyecto europeo. La crisis europea es el síntoma de una crisis más profunda en «el alma de Europa «, escribe.
Para los lectores regulares de la Reflexión Semanal, esto no va a ser nuevo. Ryan se lamenta el supuesto común de que la única medida real para evaluar Europa es la económica. La protección del euro y la reducción del déficit se han convertido en algo más importante que en proteger a las personas vulnerables o en mantener los empleos. La visión de los padres fundadores de Europa–De Gasperi, Adenauer, Schuman, Monnet, Spaak, e incluso Churchill–es irreconocible en los debates sobre la Europa de hoy, dice Ryan. Lo que antes era un proyecto basado en la moral, la paz, la prosperidad y la ventaja de la gente de Europa se ha convertido en algo muy diferente. El proyecto europeo una vez tuvo un sentido muy claro de su misión y propósito moral. Tenía un alma. Si fuese capaz de recuperar esa alma se encontraría con una visión más fuerte que vale la pena defender.
Signficativo
También esta semana, una publicación de mucho más peso aparecerá en Gran Bretaña con el gran título: Dios y la UE: fe en el proyecto europeo. Co-editores Jonathan Chaplin y Gary Wilton han cotejado los capítulos de ambos observadores británicos y continentales. Ellos ofrecen información sobre los aportes de los cristianos en el origen y desarrollo de la UE. Al igual que Ryan, ellos se centran en una crisis en ‘el alma de Europa’. ¿Puede mantenerse la fe en el proyecto europeo–se preguntan–si la importancia de la misma en la historia de nuestro continente como fuente de inspiración para los padres fundadores del proyecto europeo fue puesta a un lado?
Dios y la UE explica sobre los orígenes cristianos de la misma, y también informa sobre el lugar de la religión, explicando el papel de ésta en las instituciones de la UE en la actualidad. Esta será una fuente de referencia significativa digna de su alto precio de £ 90 para aquellos que buscan perspectivas cristianas sobre los problemas y retos que enfrentamos hoy en Europa.
Los co-autores presentarán su libro en Bruselas en dos semanas a partir de hoy en la Capilla de la Resurrección, (Lunes 15 febrero, a las 19.00). Canon Wilton, ex-arzobispo de Canterbury y su representante ante la UE, contribuyó al Foro del Estado de Europa en Copenhague en 2012. El Dr. Chaplin, director del Instituto para la Ética Cristiana «Kirby Laing», en Cambridge, abordará estos y otros temas en el State of Europe Forum en Ámsterdam el 8 y 9 de mayo de este año, en el Zuiderkerk. Una buena razón para registrarse.
Gracias a estas dos oportunas iniciativas británicas oportunas, los cristianos en ambos lados del Canal estarán mucho mejor informados y equipados para los desafíos futuros.
Hasta la próxima semana,